miércoles, 8 de septiembre de 2010

LOS ESTUDIOS DE POST GRADO EN EL PERU

Escribe: Filomeno Zubieta Núñez
filomenozubieta@yahoo.es

Introducción
A la luz del intercambio de opiniones entre colegas de distintas universidades, voy a referirme a los estudios de Postgrado en el Perú. Con los aportes de la epistemología intentaré dar una visión de síntesis sobre este tema.

Los antecedentes

En los últimos años tenemos como marco legal de los estudios universitarios a las Leyes 13417, 19326 y la Ley Universitaria 23733. Los estudios de postgrado en las dos primeras leyes conducían al grado de doctor. Con la vigente ley es cuando aparecen los estudios de segunda especialidad, diplomados y la maestría, este último previo al doctorado.

Antes de la década del 70 del siglo pasado (con proyecciones a los inicios de la década del 80), bastaban dos ciclos de estudios, un examen de conocimientos y la sustentación de la tesis para obtención del doctorado. La Ley de Educación N° 19326 consideró el tercer ciclo de educación superior que debía conducir a los estudios de maestría y doctorado a través del Instituto Nacional de Altos Estudios. Sin embargo, nunca se implementó.

Fue con la Ley Universitaria 23733, del año 1983, que se da cuerpo a los estudios conducentes a la obtención de los grados académicos de magíster y doctor a través de las Escuelas de Postgrado. La política neoliberal que se impone a inicios de los 90 y la generalización del proceso de globalización provocan que los estudios de postgrado se implementen en la mayoría de nuestras universidades recién a partir de 1995.


A manera de diagnóstico

¿Cuál es la actual situación de los estudios de postgrado? Intentemos dar respuesta, apelando a la epistemología.

En líneas generales se dice que afronta las mismas limitaciones de los estudios de pregrado, es más, están inseparablemente unidos: Falta de prospectiva y visión de futuro; la falta de recursos económicos, bibliográficos, humanos, metodológicos y estratégicos; el práctico abandono de Estado; la desarticulación con la sociedad y la cultura; etc.

En 1996 se aprobó el decreto Legislativo N° 882, la Ley de Promoción de la Inversión en la Educación, cuya consecuencia es la proliferación de universidades (en la actualidad tenemos 100) y el surgimiento de universidades con fines de lucro.

Lo anterior ha generado, también, la proliferación de los estudios de postgrado ofrecido por las universidades públicas y privadas. Lo sintomático: responden más a la demanda del egresado que a las necesidades de especialización, investigación y docencia universitaria. Se estudia el postgrado para acceder a la docencia universitaria, para mejorar la remuneración o para asegurar la estabilidad laboral en la misma. En consecuencia, los estudios tienden más a la profesionalización que al desarrollo de la investigación, al ser concebidos como una continuidad obligatoria del pregrado. Por lo mismo, expresan: una docencia itinerante, masificación de estudiantes o participantes, implementación de la modalidad virtual carente de suficiente evaluación, ausencia de metodologías o estrategias adecuadas y –en la mayoría su falta de acreditación. En suma, no obedecen a los marcos de visión y misión de la universidad.


Qué esperamos de los estudios de postgrado

Las deficiencias y limitaciones señaladas muy brevemente, nos permiten esbozar algunas ideas a manera de planteamientos para superarlos.

Consideramos importante:
1. Incidir, antes que en compensar los aspectos deficitarios del pregrado, en los niveles de especialización como de investigación, como fundamentos de los estudios de maestría.

2. Priorizar la investigación concebida como instancia productora del conocimiento y soporte del proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudios conducentes al doctorado.


3. Perfilar la misión del postgrado como el productor de conocimientos, y a través de de la docencia y la proyección social de hacer llegar estos a la sociedad y la cultura.

4. Redefinir la dinámica de la Universidad: un postgrado convertido en una instancia de producción de conocimientos y un pregrado que enseña y distribuye el conocimiento y trasmite la cultura.


5. Orientar la investigación al nivel aplicativo y tecnológico en los estudios de maestría y a la producción del conocimiento en el doctorado, con mayores exigencias de calidad con estándares internacionales y hacia mercados más competitivos.

6. Propiciar la investigación interdisciplinaria como eje del mejoramiento de la calidad y la competitividad de los postgrados.

7. Desarrollar la autoevaluación que permita a la universidad alcanzar los estándares de calidad establecidos como mínimos por el sistema de evaluación y la acreditación.
En suma, los estudios de postgrado deben evolucionar, cambiar, superar sus limitaciones y asumir un liderazgo en la sociedad, con una visión estratégica de futuro.

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