lunes, 23 de agosto de 2010

ENSAYO SOBRE LA CORRUPCIÓN

Por: Nestor Roque Solis (*)

Hacemos llegar nuestro reconocimiento al doctor Víctor Raúl Mosqueira Neira, presidente de la Corte Superior de Justicia de Huaura, igual al doctor Moisés Solórzano, jefe de la ODECMA y su instancia superior el Órgano de Control de la Magistratura (OCMA), con la representación de las doctoras María Isabel Gonzales Núñez y Patricia Balbuena del Programa Umbral Anticorrupción y la Mesa por la Transparencia en el Distrito Judicial de Huaura, en el esfuerzo unitario para socializar el trabajo por afianzar valores en la familia, instituciones educativas y la sociedad civil para mirar con optimismo un futuro con justicia e igualdad de oportunidades para todos.

La corrupción ha traspasado fronteras y es parte de la agenda de los organismos internacionales. La preocupación por las famosas ‘comisiones’ es parte del análisis en el mundo de los negocios. James Wolfensohn, ex presidente del Banco Mundial, ha identificado el soborno como una de las mayores amenazas en la era moderna que afecta el desarrollo equilibrado y de respeto mutuo entre empresas y naciones, teniendo en cuenta que esta ya es una práctica cotidiana y creciente incidencia. Nos preguntamos ahora si podrá el Banco Mundial hacer algo al respecto.

La Convención Interamericana contra la Corrupción, instancia de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha alzado su voz llamando a los gobiernos a cortar la práctica del soborno por parte de las trasnacionales. El tiempo transcurrido nos demuestra que la mafia se está incrementando en el continente americano. Ahí están las estadísticas con sus guarismos en curva ascendente.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), brazo ejecutor de Transparencia Internacional, exige que los Estados miembros se comprometan a definir como infracción en su derecho nacional la corrupción ejercida por cualquier representante de los poderes públicos en el exterior. ¿Podrá Transparencia Internacional frenar esta lacra que ya consume como una gigantesca colonia de termita los cimientos de la denominada sociedad del conocimiento?

En los Estados Unidos, el presidente Barack Obama ha ordenado toda una inteligencia estratégica para seguir el hilo de las trasnacionales y conocer a fondo cómo operan y penetran el mercado mundial. Los estudios de espionaje comercial en los EE.UU. han proporcionado información de diferentes contratos y convenios en América Latina y Oriente Medio que se han realizado bajo la hoja de ruta del cohecho.

Este tema de palpitante actualidad actúa bajo una dualidad asimétrica: mientras que algunos luchan por su penalidad y proporcionan códigos de buena conducta, otros arremeten sin compasión contra la competencia dejando en el camino a empresas quebradas por la actividad desleal de sus directores, con la intención de posesionarse del mercado e incrementar utilidades, ofrecen coimas o sobornos bajo diferentes modalidades, afectando relaciones estables, dañando reputaciones y degradando los mercados.

Al resumir la corrupción de las instituciones públicas y privadas, desde antes de la Guerra del Pacífico hasta la dictadura de Leguía en pleno siglo XX, el genial ensayista Manuel Gonzales Prada, escribió con fierro letras de fuego: "donde se pone el dedo, salta la pus".

En alguna oportunidad tuve la ocasión de dirigir el área de comercialización de una importante empresa agroindustrial. Por tanto, tenía la función de controlar la venta de sus productos. Llegaron a mi oficina todo tipo de propuestas para dar ventajas a clientes potenciales, incluyendo conceder medio punto de descuento lo que representaba daño para la empresa que había depositado su confianza en mi persona. Demás está decir que nunca trabajé en contra de los intereses de la entidad industrial.

Al no conseguir sus pretensiones de soborno, alguien me espetó: "Ojalá que los directivos de la empresa, te pongan un momento a la honestidad cuando te despidan del trabajo". El tiempo ha pasado y seguramente ese individuo vivirá rodeado de lujos, pero sin el afecto de su conciencia. En lo que a nosotros respecta, seguimos en la misma línea de conducta. Es mil veces preferible la vida austera, pero digna con resiliencia humana positiva de prospectiva de un futuro con justicia posible para todos.

Mientras tanto, en el África, donde los niños perciben que la vida se les acaba con el mosquerío que zumba alrededor de su desangrada y frágil piel. La corrupción también tiene a grandes protagonistas que no conformes con saquear los ingresos devaluados de sus materias primas, extienden sus manos con uñas negras para convertir el patrimonio del Estado en bienes privados de los que se hacen dueños sin pagar un céntimo. Ahí están los diamantes de sangre de Sierra Leona, caso denunciado ante la opinión pública mundial en un filme que protagoniza un extraordinario Leonardo di Carpio.

Cuando los funcionarios públicos son corruptos, santifican la impunidad necesaria para su sobrevivencia; y la probabilidad que un corrupto sea detenido disminuye porque los gendarmes, los inspectores de aduana y de impuestos son también corruptos. De esta manera la corrupción se extiende por todo el continente, bajo la tormenta global, aunque existan organismos de las Naciones Unidas y Organizaciones No Gubernamentales que intenten desnudar las ramificaciones de una lacra que consume a instituciones públicas y privadas

Transparencia Internacional, con sede en Berlín, viene realizando grandes esfuerzos por educar a los gobiernos y seguir los pasos a la corrupción. Dieter Frisch en alguna oportunidad remarcó lo siguiente:

"Creo, por mi parte, que la globalización de la economía tiene también algo que ver con el agravamiento de la situación. Quisiera afirmar que la corrupción existe en todas partes. Existe sin embargo una diferencia importante: cuando los recursos son escasos --lo que ocurre en los países del Este y del Sur-- los efectos de la corrupción son aún más desastrosos".

Por eso ya hay voces y prensa en todo el mundo para parar la globalización extrema, que en su afán de crecer y llegar a todo el globo arremete como un volcán que deja en el camino muchos heridos y contusos.

El Papa Juan Pablo II cuestionaba y lanzaba una advertencia contra la globalización diciendo que es "una nueva versión del colonialismo" por lo que insta al mundo a luchar para que no exista un "solo sistema socioeconómico dominante o una sola cultura que imponga sus propios valores, criterios y razonamientos éticos.

La Iglesia de diferentes formas hace sentir su preocupación, hasta pretender cerrar templos para los que vulneran los postulados básicos de un buen cristiano, que ya no quieren ver en sus templos plegarias de explotadores y explotados. Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma, Argentina, se cuestiona diciendo:

"¿Es lícito que comulgue un cristiano que, de hecho, asume la ideología neoliberal que engendra una situación de muerte para con millones de habitantes? ¿Puede comulgar con la conciencia tranquila el responsable directo o indirecto de tantas muertes? Tenemos que terminar con el escándalo dentro de la iglesia, donde tanto el victimario como la víctima se acercan a comulgar."

Así lo demuestran los índices de corruptores y corruptos que publica Transparencia Internacional. De lo que se trata es explicar cómo circula y dónde se concentra el dinero de transacciones comerciales y el trabajo que realizan asociaciones de lobbies, corresponsales encubiertos financiados por gobiernos y corporaciones diestros en influenciar y ganar plata fácil.

La artillería pesada debe estar orientada a la toma de conciencia de esta dura realidad. La educación y la sanción deben estar dirigidas a ganar la batalla más grande de la sociedad civil en el siglo XXI.
Huacho 23/08/10
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(*)Consultor y conferencista internacional

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