Escribe: Alberto Tuesta Zuta* 
Haciendo una perfecta lectura del Artículo 32º de la Ley Nº 27783 Ley de Bases de la Descentralización, cuya normativa a la letra dice: “La sede del gobierno regional es la capital del departamento respectivo. En el caso del departamento de Lima la sede del gobierno regional es la capital de la provincia de mayor población”, entendiendo las naturales y auténticas ventajas que significa para los pobladores ser la capital de una unidad geográfica, pensando no en las prioridades de impacto, porque en dos gestiones de gobierno de Lima – Provincias, lamentablemente no la hemos tenido.
Pero mirando de cerca la vivencia y las actividades de los naturales dedicados a las pequeñas y medianas actividades de nuestro escenario económico más cercano, negocios de diverso giro, entre ellas la actividad realizada por los trabajadores del transporte público, restaurantes y otros establecimientos de comercio de pequeña o mediana cuantía, que gracias a la confluencia de los usuarios con ocasión de trámites que llevan a cabo en la institución regional, sus operadores multiplican los ingresos dinerarios, así como los otros de mayor poder fiduciario como entidades e instituciones del crédito, el ahorro y las finanzas y la presencia de otras empresas de probado poder económico, que obviamente potencian y revalorizan el patrimonio existente; sin dejar de reconocer la algarabía de nuestros hermanos del sur, Cañete y Yauyos, cuando mediante sentencia expedida en un proceso seguido en vía judicial se dispuso la instalación de la sede en San Vicente de Cañete.
Confieso que dentro de una línea de principios y motivado por convicciones de auténtico respeto a esta tierra que me prodigó espacio para continuar realizándome como hombre y como profesional, en su momento no tuve miramientos para  salir a las calles a defender a Huacho como sede regional, mientras por cálculo, equivocados o no, otros con opacidad solamente miraban desde la tribuna. 
Pero después de analizado el fallo expedido por los jueces del Distrito Judicial de Cañete y con la hermenéutica que nos permite a los hombres de derecho, cursé una carta notarial al entonces Presidente, ingeniero Nelson Chui, pidiendo que cumpla con la sentencia judicial, porque en buena cuenta, el fallo no dice que se traslade la sede de Huacho a San Vicente de Cañete, que se cierre la existente en Huacho y que los poderes regionales deben funcionar en el Sur. La misiva nunca tuvo respuesta.
UN TEMA CON MARCADO ARRAIGO POLÍTICO
Desde ese punto de vista, teniendo en cuenta lo que se dijo y lo que se ha guardado en silencio, he pensado que en las elecciones regionales del pasado próximo 3 de Octubre, la sede era un tema con marcado arraigo político, con candidatos a la Región del Sur y del Norte, y esa manifestación de tutela y de júbilo mostrada por los pobladores de ambos lados con el empeño por defender las cosas desde su propia perspectiva, que no tiene por cierto nada de egoísmo ni vanidad sino que, viendo que en la capital reside el poder público de la región, pero que al momento de darle el título de región al espacio consagrado en los linderos políticos de una ya conocida departamentalización, con una decisión política que sin tener en cuenta los caprichos de la ubicación geográfica de los pueblos que la conforman, se ha impuesto un modelo de regionalización atrevidamente enfrentada a una realidad integradora, al que debe agregarse la miopía política de quienes desde la acción del poder no han hecho nada para tranquilizar con programas y hechos concretos las legítimas aspiraciones de las provincias de Yauyos y Cañete.
Ahora, en medio de esta grosera falta de respeto a la voluntad popular, como si estuviéramos distantes de los indicadores de la modernidad que nos permita la aplicación de los principios de lo probabilístico, con candidatos todavía no definidos, vamos preparándonos para seguir confiando por obligación en los lineamientos de la democracia representativa, porque al fin y al cabo, a juzgar por lo que la experiencia nos aconseja, al margen del aprovechamiento trasnochado y subalterno de algunos vivos con poses, con suerte y con billete, es el modelo que sigue siendo el mejor.
Sin embargo, en este escenario de vicisitudes, dentro de las imágenes y datos publicitados a la altura de lo probable, nuestro actual mandatario en su pretensión reeleccionista es el llamado a competir en segunda vuelta, con los candidatos Javier Alvarado o Andrés Tello.
A la fecha de hoy, algunos dicen que el ganador en segundo lugar es el representante de la patria que –según su líder– aún es joven, otros, alumbrados por la estrella de la esperanza, dicen lo contrario.
Si los ciudadanos electores, hombres y mujeres de las provincias del norte, seguimos inspirados en la motivación y en las ventajas de lo que significa ser capital de región, como sede de los órganos de gobierno y escenario privilegiado que concatena las inversiones, la pregunta que surge con rigor es: 
PORQUE NO HAN QUERIDO O PORQUE NO HAN PODIDO
¿A quién vamos a confiar el destino de la Región Lima en el proceso eleccionario de la segunda vuelta para que con prerrogativas de mandatario desde el ejercicio del poder político, nos “represente” a partir del 2011, haciendo lo que hasta ahora no se ha hecho, porque no han querido o porque no han podido?
Don Javier Alvarado es de Cañete, por ende, hijo predilecto del sur. Para los políticos que sabemos de discursos, la cosa es clara. El candidato Alvarado ha señalado que Huacho seguirá siendo sede –discurso de candidato– pero qué pasaría, si gana la segunda vuelta y es ungido como Presidente dentro del contexto de cómo los del sur interpretan el artículo 32º de la referida Ley 27783, si con la legítima aspiración puesta ya de manifiesto, los hermanos del sur le piden al mandatario hijo natural que la sede sea San Vicente de Cañete ¿seguirá insistiendo en que la capital de la Región siga siendo Huacho? Lo dudo, y estoy seguro que en esa sospecha no estoy solo. 
Don Andrés Tello, igualmente tiene una relación no menos umbilical con los hermanos del sur. A esa misma pregunta le corremos traslado.
Al respecto, contra la parquedad del candidato de la estrella, asesorado, por habilidad o como una forma de silencio inteligente, más evasivo que ingenuo, o por alguna conveniencia pragmática no revelada, no ha sido tan protagónico en el posicionamiento respecto a la sede regional, quien a la fecha por culpa de los deportistas del ping pong electoral –el JNE y la ONPE– aún sigue siendo otro de los virtuales ganadores a la segunda vuelta. 
Al respecto, don Javier Alvarado, ha sido acaso más sincero, más identificado con las expectativas de sus hermanos más inmediatos, más o menos político que su contendor representante del partido de gobierno, porque haciendo más ponderación de su formación jurídica, ha tenido participación directa o indirecta en la judicialización de la sede, mediante la demanda constitucional en vía de Acción de Cumplimiento, interpuesta contra el Gobierno Regional, lo que nos lleva a otra pregunta acumulativa:
¿Qué pasaría si eventualmente llegara a ser presidente de un gobierno a quien emplazó en vía de acción?
Con legítima capacidad para hacer y obrar, ha solicitado que la sede sea San Vicente de Cañete, porque a juzgar por los datos de estadística censal, la provincia de Cañete tiene más población que la provincia de Huaura y, por si fuera poco, ha presentado un proyecto de iniciativa legislativa, poniendo a Huacho en segundo lugar.
Pero en esa línea de lo verosímil, para algunos de manera desenfadada, pero aplaudido por “la familia”, don Nelson Chui, nuestro mandatario ahora licenciado del poder para preparar su reelección, no es ajeno al posicionamiento de los candidatos Alvarado y Tello. Audios y hartas líneas de la prensa escrita lo testimonian. Ha dicho: “Poco a poco la sede regional se trasladará a San Vicente de Cañete”.
Estas referencias que forman parte de nuestra historia reciente, nos llevan a formular otras interrogantes: 
¿Qué va hacer el ingeniero Chui para decir que lo que dijo, no lo dijo?
¿Qué va hacer el Dr. Alvarado para borrar sumariamente con el codo político, lo que escribió con la mano jurídica y jurisdiccionalmente lo rubricó por intermedio de la mano escribiente del buen vecino Ítalo?
Desde mi modesta percepción, ni uno ni otro tienen nada que hacer, porque lo que han dicho y han hecho, responde a una decisión inteligente y sincera, espontánea y voluntaria. 
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y GESTIÓN DE GOBIERNO
Andrés Tello, tiene experiencia en administración pública, Javier Alvarado de igual manera y con trayectoria en gestión de gobierno y viene de menos a más. De igual manera el Ing. Nelson Chui Mejía, con el camino recorrido como Presidente por voluntad democrática.
Cualquiera de ellos, con mayoría, pero con menos del 30% de aceptación con miras a la segunda vuelta, se encuentra frente a una situación grande, difícil y compleja.
Todo dependerá de la habilidad con que se conduzcan en el proceso, tarea que no solamente será de los candidatos en particular, sino que dependerá de la capacidad e inteligencia de los asesores de cada tienda, quienes, con ventajas de desvelo competitivo, sabrán planificar sus métodos. Si la contienda electoral en segunda vuelta es considerada como una batalla, los cuadros serán tácticos; y si el evento es catalogado como una guerra, los cuadros harán trabajos relacionados con lo que recomienda la estrategia.
Creo necesario, así como nos pintan los discursos, recomendarles que repasando la historia, que por cierto no es predilección de los soberbios, pongan velas de bendición para que don Julio César, Alejandro Magno y Sun Tzu, les puedan revelar entre sueños, lo mejor que ellos harían en circunstancias difíciles como ésta, que ahora esbozo, en forma atrevida pero sincera. 
Pero antes, habría que leer la vida y obra de José Gervasio Artigas, militar, estadista y prócer uruguayo, más conocido como El Protector de los Pueblos quien con razonable decencia decía: “Toda mi autoridad emana del pueblo, y se inclina ante vuestra sola presencia”.  
Como los principios que aparecen en política, son ideas totalmente ajenas a la ingenuidad o candidez, debemos precisar que los poderes en la administración de la cosa pública comprenden tanto los principios éticos o morales como los propios de la teoría y la ciencia política; y los principios éticos vienen a ser el cumplimiento del deber, conforme a los más altos postulados de las virtudes y calidades humanas. La honestidad, la honradez, la humildad, la bondad, constituyen cualidades necesarias que debe tener todo buen gobernante. 
En consecuencia, sobre la base de esas a veces imaginadas virtudes, queda al elector, más allá de los misterios y de lo que digan los espíritus en la antesala de la segunda vuelta, desnudar la gestión pública tanto de don Nelson y de don Javier y eventualmente de don Andrés, para conocer y saber lo que han hecho cuando estuvieron en el poder. Y ellos deben, con hidalguía, solvencia y honesta valentía prestarse sin miedo a ser escrutados antes de ir a las ánforas de la segunda vuelta, porque siendo el ser humano que ontológicamente tiende tanto al bien como al mal, en el nivel de lo político hay la tendencia de reproducir dicho conflicto, sólo que por las peculiaridades con que se presenta muchas veces se confunde, aprovechando que el trabajo que se hace es con organizaciones sociales, escenario en el que los hábiles con maestría tamizan las falencias.
DEBATE ENTRE CANDIDATOS SE TORNA IMPRESCINDIBLE
Entonces, la táctica o estrategia deberá estar basada fundadamente en la riqueza de las virtudes, en la experiencia de gobierno fuerte o débil y en el conocimiento de la ciencia política.
¿Por qué no un debate de candidatos y de sus cuadros, para saber cuál será el sistema de gobierno, el proyecto o la habilidad para dirigir y conseguir el fin propuesto? Está en juego la administración de la cosa pública, cuyo desarrollo tendrá una repercusión directa en la comunidad y en todos los estamentos de la misma sociedad. 
El respeto de la vida pública es la esencia de la democracia. El buen gobernante no renuncia a los principios éticos. Y el que está acostumbrado a mentir, queda prohibido que tenga la idea de que todos son mentirosos. El mandatario que recibe un sueldo a nombre del Estado, es para representar al pueblo y no para hacer lo que le da la gana. 
Entonces, con la Voz Regional que representa a los hombres y mujeres de las nueve provincias de Lima, y con la jerarquía que me da la condición de ciudadano de la Región, clara y respetuosamente digo: el bueno. 
Adelante, paso de vencedores.  
* Presidente de la Asociación de Escritores de la Provincia de Huaura  
www.adephuaura.blogspot.com
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